Desde hace algunos años la sociedad ha empezado a sentir una especial simpatía hacia algunos personajes ficticios que representan lo peor de la humanidad. Desde el padre de familia común y corriente que recurre a un acto ilegal para ayudar a sus seres queridos, como en el caso de Walter White A.K.A. Heinsenberg, hasta ese personaje que aprovechando su lugar como líder utiliza su poder e influencia para dirigir a las masas con el fin de lograr sus objetivos, como el gobernador de The Walkin Dead; o más sorprendente todavía, y más admirados aún, son esas personalidades totalmente enfermas, psicópatas como The Joker o el doctor Hannibal Lecter que a pesar de todos los asesinatos, la destrucción, el caos y el dolor que provocan (ficticios, claro está) son figuras admiradas con miles de seguidores en las redes sociales que comparten sus palabras e imagen.
Podemos usar varios términos
para referirnos a este tipo de personajes así como sociópatas, personalidades
antisociales, personalidades psicopáticas, etc., de la misma forma existen
diferentes posturas para explicar su comportamiento, algunos más apegados al
término de sociópata consideran que existen factores sociales desfavorables que
son los que causan el problema, quienes recurren al término psicópata tienden a
considerar factores genéticos, biológicos o psicológicos. Y aunque en el
DSM-IV-TR se describa este tipo de comportamiento como “Trastorno de la
personalidad antisocial” y el CIE-10 lo defina como “Trastorno disocial de la
personalidad” y a pesar de que la palabra psicopatía literalmente significa “enfermedad
de la mente” (del griego psyche=mente
y pathos=enfermedad), no podemos ver
a la psicopatía como una enfermedad per
se ya que estos individuos no están locos ni desorientados, no padecen alucinaciones
(como en la esquizofrenia y otras psicosis) ni presentan algún tipo de sufrimiento
mental (como en la depresión o ansiedad).
Algunos estudiosos del tema sostienen
que los psicópatas son perfectamente conscientes de sus actos (no existe ningún
déficit en cuanto a su raciocinio o cognición), saben a la perfección que están
infringiendo reglas sociales y por qué lo hacen. El déficit se encuentra en el
campo de las emociones y los afectos, esto provoca que sean capaces de golpear,
robar, estafar, lastimar, secuestrar, violar e inclusive asesinar sin tener el
más mínimo sentimiento de culpa.
También debemos considerar
que los casos más alarmantes, los asesinos seriales, los casos donde asesinan o
abusan de miembros de su misma familia, aquellos casos que logran movilizar a
la fuerza judicial, no son los más frecuentes. Los psicópatas no siempre
recurren a la violencia física, a veces simplemente se aprovechan de sus
víctimas para obtener placer, las dejan exhaustas, enfermas, con la billetera
vacía o el corazón destrozado y, a pesar de todo, las víctimas, en varias
ocasiones, consideran que la principal culpa o responsabilidad es de ellas
mismas. Otros casos, y en mi opinión los que más nos deben preocupar, los psicópatas
ocupan puestos de alta jerarquía, son líderes, empresarios, políticos capaces
de manipular las leyes y a la sociedad para llevar a cabos sus fines maquiavélicos.
Ana Beatriz Barbosa Silva,
una psiquiatra brasileña, nos expone en su libro Mentes peligrosas algunas de las características que presentan la
mayoría de los psicópatas.
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Superficialidad
y elocuencia: los psicópatas llegan a parecernos personas
divertidas y agradables, se muestran encantadoras y muestran habilidades que
las hacen más atractivas. Pueden demostrar conocimiento de diversos temas y
áreas como filosofía, arte, historia, medicina, psicología, etc., usando
términos técnicos que hacen su discurso más creíble.
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Egocentrismo
y megalomanía: tienen una visión narcisista y sobreestimada
de su valor e importancia, se consideran el centro del universo y que todo debe
girar en torno a ellos, se creen superiores a todos y creen que esa
superioridad les da el derecho de regirse por sus propias reglas.
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Falta
de sentimiento de culpa: los psicópatas muestran una total
ausencia de culpa, inclusive algunos llegan a ser sinceros en este aspecto,
dicen no experimentar ninguna clase de culpa, que no se apenan por el
sufrimiento que causaron a los demás y que no ven ninguna razón para
preocuparse por ello.
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Falta
de empatía: la empatía es la capacidad de considerar y respetar los
sentimientos ajenos, de ponerse en el lugar de otro, esto obviamente un psicópata
es incapaz de vivir.
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Mentiras
trampas y manipulación: los psicópatas son los mentirosos más
hábiles que existen, mienten de modo frío y calculador, mirando a los ojos a
las personas, pueden llegar a engañar hasta a los expertos en comportamiento
humano y lenguaje corporal.
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Pobreza
de emociones: los psicópatas muestran una limitada
variedad e intensidad en sus sentimientos; son incapaces de sentir amor, compasión
o respeto hacia otra persona. Sus emociones son tan superficiales y pobres que
podríamos describirlas como protoemociones (respuestas primitivas a las
necesidades inmediatas). Algunos psicópatas llegan a confundir el amor con la
excitación sexual, la tristeza con frustración y la ira con irritabilidad.
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Impulsividad:
esta se manifiesta en la forma en la que buscan obtener placer, satisfacción o
alivio inmediato, no les importa cómo consiguen lo que desean, de cualquier
forma no sienten culpa.
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Autocontrol
deficiente: los psicópatas tienden a reaccionar de forma súbita
ante las frustraciones y las críticas, ya sea con amenazas, insultos o
violencia.
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Necesidad
de excitación: los psicópatas odian lo rutinario, tienen
una necesidad de placer y excitación fuera de lo común, esto es lo que los
impulsa a delinquir, desafiar la autoridad, tener una promiscuidad sexual, usar
drogas, etc.
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Falta
de responsabilidad: para los psicópatas las obligaciones y los
compromisos no significan nada y su incapacidad para ser responsables se
extiende a todas las áreas de su vida.
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Problemas
conductuales precoces: es más que común la idea de que los
asesinos seriales y los psicópatas muestran un comportamiento bastante peculiar
en su niñez, la mayoría de las veces tienden a actuar de forma violenta con
animales u otros niños.
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Comportamiento
transgresor en el adulto: y el punto anterior se mantiene hasta
la etapa adulta, los psicópatas no sólo rompen con las normas sociales, sino
que las ven como meros obstáculos.
Actualmente no existe un tratamiento
o una intervención que sea útil para provocar un cambio en los psicópatas, de
hecho todos los intentos por “curarlos” tienen el efecto contrario ya que los
provee de un conocimiento que pueden utilizar para manipular a sus víctimas. Considero
que por el momento no tenemos otra opción más que estar prevenidos de este tipo
personas, no caer en el “juego de la lástima” al que frecuentemente recurren
los psicópatas para conseguir lo que quieren, cuando debamos decidir en quién
confiar o a quién ayudar tomemos en consideración la combinación coherente de
acciones malvadas o poco éticas con juegos escénicos o actitud de mártir, las
personas que reúnan estas características no necesariamente son asesinos
seriales o personas violentas, pero estén seguros que nunca querrán compartir
su amistad u otro vínculo afectivo, secretos, o confiar bienes, negocios o a
sus propios hijos con un psicópata.
De la misma forma debemos
recalcar la importancia de la psicometría en las organizaciones, el psiquiatra canadiense
Robert Hare desarrolló un instrumento conocido como psychopaty checklist (PCL) también conocida como escala Hare, esta
examina detalladamente diversos aspectos de la personalidad psicopática, desde
los vinculados a los sentimientos y las relaciones interpersonales hasta los
concernientes al estilo de vida de los psicópatas y sus comportamientos transgresores.
¿Y ustedes qué opinan de este tema? ¿Se han topado con algún psicópata?
¿Y ustedes qué opinan de este tema? ¿Se han topado con algún psicópata?
Muchas gracias por tu comentario Deborah, y una disculpa por mi respuesta tan tardía. Espero que esto que hago sea un buen trabajo de divulgación psicológica y sea de utilidad para mis lectoras y lectores. Saludos.
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